Por Ely Acevedo Denis y Stephanie Gómez
Al igual que las más importantes universidades alrededor del mundo, la Universidad del Sagrado Corazón (USC) está implementando un plan de ahorro energético con el fin de disminuir la factura de energía y ayudar al medio ambiente por medio de la disminución de gases de efecto invernadero y sus consecuencias en el sistema climático.
La USC utiliza aproximadamente 37,000 kilovatios, unidad que se usa para la facturación de energía eléctrica, lo que resulta en un gasto promedio de $150 mil mensuales. Por tal razón, la Institución está desarrollando una campaña de promoción interna con el propósito de educar a la comunidad universitaria sobre la conservación de energía y apoyar propuestas por parte de empresas privadas dirigidas a ahorrar energía en el campus.
Aún así, la USC ha implantado algunas de las más innovadoras tecnologías en el campo de la conservación de energía según informó el ingeniero Manuel Rivera Murillo, director de la Oficina de Administración de Terrenos y Edificios de la USC.
Entre ellas se encuentran: la construcción de una subestación, el reemplazo del sistema de iluminación de la biblioteca y la adquisición de capacitadores para los aires acondicionados, que permiten bajar el consumo de energía que constituye el 63 por ciento de la energía que consume la USC, entre otras. Estas medidas han permitido la reducción de hasta 10 mil kilovatios por mes.
Rivera Murrillo dijo que por medio de la concientización de los estudiantes se espera bajar aún más el gasto de energía que incurre la USC. También, todos los equipos eléctricos que se adquieren en el campus tienen que cumplir con los parámetros de eficiencia energética y el comité de Conservación de Energía está ponderando otras alternativas que igualmente resultarán en la reducción del consumo de energía.
De igual forma, otras universidades en Puerto Rico y fuera del País han establecido políticas de ahorro de energía en sus instituciones. En la Isla una de las universidades que ha sido proactiva en esta gestión lo es la Universidad de Puerto Rico, donde a través de la Junta de Síndicos se aprobó en el 2008 la implementación de una política energética. Algunas de las bases de su estrategia son: reducir el consumo de energía y su costo; medir el consumo energético mediante el uso de contadores entre otros métodos y desarrollar procedimientos de conservación de energía.
Asimismo, la Universidad de Princeton en New Jersey estableció en el 2006 unas iniciativas para conservar energía en el campus. Entre las ideas que se integran a esta política está la reducción de costos de consumo energético, la construcción de edificios más eficientes y el ahorro de energía.
Por consiguiente, mientras se continúe el aumento de instituciones educativas que concienticen sobre la necesidad de crear regímenes de ahorro de energía, se promueve un efecto positivo, pues, por una parte hacen una aportación social y ambiental y, por otro lado, establecen una reducción en los gastos de sus operaciones.
Política de Conservación de Energía de la USC:
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